Siempre hemos enmarcado en este establecimiento nuestras obras, pero ha ido degenerando la calidad del trabajo con el tiempo, con errores que hemos ido dejando pasar, hasta el último, que ha hecho que decidamos no volver jamás, no sólo por la chapuza resultado del trabajo del Señor Manolo, sino por el trato recibido al querer reclamar el valor de las obras que han resultado dañadas. Y es que no sólo no quería hacerse cargo de tal perjuicio, sino que he tenido que soportar que rompa las obras delante de mí, mientras me decía que era una maleducada y que no tenía modales. Al final, tras muchas injurias, me ha dado parte del valor económico, con lo que por supuesto, no ha cubierto la totalidad del daño causado. Tengo claro que no volveré a este establecimiento ni lo recomendaré a mis conocidos.
