Hoy leo en Genbeta, sobre una empresa, Onfido, que parece que en el mundo anglosajón está teniendo mucho éxito. Es de esas noticias, que casi leo, por culpa de lo llamativo que era el titular: “Onfido, o cómo un joven abandonó Merrill Lynch tras una semana de trabajo para hacerse rico con su propia empresa de tecnología”. Mientras repasaba mi lista de RSS pendientes, vi el titular y para mis adentros pensé: otra historia de ésas de emprendimiento máximo y exitoso. Pero no sé porque me llamó la atención la referencia a que el fundado de la empresa, trabajaba en un Banco; así que por afinidad profesional, pues pulsé en el enlace. Y conforme iba leyendo me iba dando cuenta que el emprendedor si era alguien inteligente y con capacidad de análisis. Detectó un problema que yo llevó viendo y sufriendo desde el principio de mi vida laboral. Pero él, en lugar de ciscarse en los muertos de los jefes y de Personal, pues decidió ganarse la vida con ello. Y de momento le va bien, pero creo que si